30 agosto, 2012

LA LECTORA, UNA PELI DE CINE CRISPETA.


Por recomendación de una amiga muy cercana me fui a ver LA LECTORA. Adaptación de la novela del escritor colombiano Sergio Álvarez. 

La historia comienza con la imagen de tortura y asesinato de un personaje al que llaman " El Alemán", que en el transcurso de la narración descubrimos es un docente que enseña su lengua materna. Después nos presentan  a una chica delgada, de labios gruesos y cabello lacio que llega tarde a su clase, y es ahí donde se nos da la primera pista, el profe no fue  a esa dictar la clase y quien la recibe es su reemplazo. Posteriormente  un par de maleantes descubren un manuscrito en  alemán que puede dar pistas  para el hallazgo de un maletín. Seguido la chica es secuestrada para que lea el contenido del texto. De ahí en adelante es un juego intertextual, ( en este caso sería intervisual) con el que se juega en la narración.

Karen es una prostituta que trabaja en el Oasis, un burdel de propiedad del "patrón", " Cachorro" es un taxista que se ofrece a llevarla  hasta su casa no sin  antes  pedirle el favor que la acompañe para transportar a los dos vástagos del dueño del lugar. En pleno trayecto son abaleados por un vehículo que desemboca en un taxi volcado, los hijos del "duro" muertos, y el misterioso maletín en poder de la pareja que se entrelazan en una relación amorosa . Ese es el detonante para iniciar con una trepidante narración entre policías corruptos, mafiosos, matones, putas y demás personajes del hampa bogotana que se conjugan para conseguir  su objetivo: encontrar el botín y hacernos pasar un rato agradable en la sala de cine.

La verdad tenía expectativas, por tal razón me fijé en algunos aspectos que voy a mencionar:

Como primera medida yo vi la adaptación que hizo RCN hace algunos años. Por lo menos quien hizo el personaje de " Cachorro" fue Fabio Rubiano, un actor que no sólo por su  apariencia sino por su trayectoria en el Teatro se acoplaba mucho al papel. Mientras que en la película se lo otorgan a Diego Cadavid, que para mí pierde fuerza y no me genera credibilidad.

Por  qué, por la simple razón de que lo hieren en uno de los brazos y sigue andando como si nada, de que parece más un estudiante yupi que un taxista que tiene que enfrentarse  a diario con la inhóspita  penumbra de la noche . Siento que este tipo de propuestas quieren parecerse a  un formato más HOLLYWOOD,  en donde los personajes después de una estrellada salen como si nada. Por cierto ayer descubrí una conferencia de Guillermo Arriaga, el  mismo de Amores Perros, 21 Gramos y Babel. En la charla denominada  creación de personajes explica que un hecho siempre trae consecuencias. Es decir que un choque es un episodio muy complejo en la vida de un ser humano y que ello deja secuelas. 

De igual manera no me convenció  la interpretación del actor Elkin Díaz. Lo sentí forzado, al extremo de convertirse en caricatura, sólo le faltó soltar una risa maquiavélica, muy al estilo de cruela de vil, para hacernos entender a los espectadores que era malo, muy malo. Y eso sin contar que sus parlamentos los sentí recitados, lo que para mí le quitó espontaneidad. 

Sé que en muchas ocasiones he criticado las palabrotas en el cine.  Y al parecer su director Riccardo Gabrielli quizo alejarse de eso. Pero no me cabe en la cabeza como unos personajes que representan el hampa de una ciudad como Bogotá se expresen con palabras tan sutiles. Es como si  un obrero de construcción le recitara un poema de Benedetti a una mujer que transita con minifalda. 

Sin embargo la estructura narrativa me pareció interesante, se notó el cuidado en las escenas de acción, como la cámara lenta del vuelco del taxi o de la misma explosión del vehículo, una iluminación impecable al igual que el sonido. 

Así que si desea ir a ver una película para entretenerse un rato le recomiendo se vea LA LECTORA y no pretenda salir con el ceño fruncido y con una frase: " Ser o no ser".

Esa es la cuestión.




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