07 febrero, 2014

UN CHAPLIN EN EL TRÓPICO.

El bastón le da un aspecto borgiano a nuestro Chaplin.


Eran eso de las diez de la mañana. El firmamento plomizo observaba, como un narrador omnipresente, a mi diminuta figura desplazarse por los senderos  de la Plazoleta del CAM . Mi intención era cazar a un personaje para escribir una historia, cual ave de rapiña acecha su alimento.  Mientras tanto contemplo los rostros adustos de los transeúntes, quienes al parecer se sumergen en sus cuentas por pagar. Identifico a una potencial fuente: un hombre de mediana estatura, sombrero hongo, zapatos gigantes y un diminuto mostacho que se mimetiza en la pintura de su cara.  Me percato que dialoga con un grupo de policías de manera jovial. Espero el momento indicado para abordarlo. En ese instante aparece uno de mis estudiantes para decirme que él lo vio primero. No discuto. Dejo que él lo entreviste mientras yo funjo el rol de fotógrafo.

Su nombre de pila es Luis Gonzága y aunque su imagen distaba a la de un santo, sus guantes blancos y su traje oscuro lo hacían  inmune al calor. Me llamó la atención que apenas mi estudiante apagó la grabadora, él se atrevió a  darle consejos. Después le habló de la indolencia  de los  políticos y de su labor como imagen de varias campañas en la  ciudad. Por esta época está ubicado al frente del Batallón Pichincha  conscientizando a los conductores para que no mezclen el licor con el volante. 

Nuestro Chaplin, a pesar de tenr prisa dialogó con nosotros con devoción. Nos prometió que su sentido de pertenencia por la ciudad se iba a ver reflejado en un proyecto  a futuro. De repente un hombre en bicicleta lo saluda. Era un vendedor de aromáticas. Gonzága le pide una  y le pregunta que si tiene de vuelta de un billete de  veinte. El vendedor  le dice que no. Se retira y le fía la bebida. 

Nuestro Chaplin nos pide permiso para retirarse, porque iba a hacer una diligencia a la Alcaldía. Se despide y se retira de manera rauda  no sin antes enseñarnos su dentadura desvencijada a través de una sonrisa. 

03 febrero, 2014

Novela Feroz.



La semana pasada me  terminé de  leer " La  ley de la  ferocidad"  del escritor  argentino Pablo Ramos. Confieso que demoré porque en ocasiones no aguantaba  el ritmo trepidante  de la obra. Por momentos el personaje de Gabriel Reyes se me tornaba  pesado con tanta rabia y tanto odio que destilaba en sus monólogos. 

Gabriel es un tipo con  mucho dinero. Para los demás ese detalle es  sinónimo de  orgullo, sin embargo para él es su propio infierno. El detonante de esta historia es la  muerte  del padre del protagonista.  " Hace cinco años , la mañana de julio en que mi padre  amaneció  muerto, Buenos Aires parecía  haberse  perdido bajo la neblina".

La historia  es narrada desde el punto de vista de la distancia. Desde un hecho que ya pasó pero ha calado en la vida de un personaje que al final nos demuestra que este acontecimiento lo ha convertido en escritor. " A más de  siete  meses de haber empezado a escribir esta historia me  levanto mucho antes del amanecer como  expulsado de la cama por un resorte, por una necesidad que no había sentido nunca  tan fuertemente arraigada en el cuerpo, en la punta de los dedos".

Toda la novela está narrada en una primera persona que nos sumerge en los pensamientos de un hombre acongojado para zambullirnos en un ambiente  de sordidez,  drogas, putas y alcohol: 
" No recuerdo mucho la  primera vez . Luces rojas y verdes , penumbra de  lugar mafioso. Decenas de  pibas  de diferentes edades.Algunas verdaderamente horripilantes. Otras misteriosamente bellas, como aguamarinas sumergidas en el lodo de una cloaca.  Me  senté a una mesa. No había  muchos clientes, a excepción de dos tipos que parecían bolivianos , doblados sobre la barra  con las cabezas casi una sobre la  otra. Una vieja  se me acercó , se inclinó sobre mí  y me preguntó si me iba a  servir algo. Yo  no estaba tan colocado por la droga, tenía en la cabeza a mi padre, pensaba que tenía que irme de ese lugar".

Recomiendo esta novela que hace parte de una trilogía y postearé algunos vídeos con el autor. Mientras tanto sigo encantado con un nuevo autor y una novela de la cual les estaré hablando.