27 agosto, 2013

EL PANORAMA SE VE ¨NEGRO¨



Confieso que  hace  rato no  iba a  teatro y me hacía  falta. Por tal  razón aproveché para  asistir al estreno que  tenía  preparado el teatro EL PRESAGIO  este fin de semana en la sala del Centro  Cultural Comfandi con su obra NEGRO.

Tomé un MIO para  llegar a la  cita con antelación.  Sin embargo el tráfico los viernes se pone  pesado. De todas maneras  llegué a tiempo. Al ingresar recorrí  una  sala de espera rodeado de una exposición de porcelanicrón con personajes entrañables de los juegos  de vídeo y de los cómics. Después me acerqué a uno de los líderes de la agrupación para saludar, mientras él le explicaba a una joven  de logística sus respectivas funciones. Me alejé y decidí incorporarme en una de las sillas del recinto y para mi sorpresa me re encontré con mi profesora de teatro de un taller que cursé hace unos años.  A medida que iban pasando los minutos el lugar se atestó de una cantidad considerable de asistentes, entre ellos vi a la directora del Teatro La Máscara, el de Cali Teatro y  algunos actores de Esquina Latina, lo que me sugirió que éste no solo era una función para el público en general, sino también para los colegas.  Buen punto porque ese es el camino para que el gremio se apoye dejando a un lado el roce  de egos.

Mi figura de  voluntario me exige que tengo que ingresar al final, por suerte mi profe me  había guardado puesto. Por entre un pasillo aparece  un hombre  con  corte al ras y una voz cavernosa, es el director, que agradece por  la numerosa asistencia y por ende introduce una corta explicación  de la creación de la obra. La luces se apagan  y arranca la  función.

Monólogos desgarradores, puesta en escena  minimalista: sólo un  fondo negro, una hilera de  zapatos colgados en la tramoya y un lazo que amarra  a un hombre privado de la  libertad  que destila veneno en  el proscenio y la crueldad vista desde la  tortura y la  injusticia social son el   abrebocas de una obra de  crítica política, que se me  asemeja a algunas  propuestas de  antaño del Teatro  Experimental  de  Cali.

El trabajo corporal de los actores es impecable. Los personajes se desploman en las tablas de manera sutil, a medida  que se dejan llevar por la cadencia de la música como la corriente  de un río. Sin embargo encuentro que en algunos ocasiones a algunos interpretes la proyección de la voz no la emiten desde el plexo solar sino de la garganta, lo cual genera que se escuche forzada por ende produce que la música que está de fondo opaque sus repertorios y dificulte su entendimiento.

Me parece interesante la propuesta  de retomar el caso del desplazado  de  raza negra que por desespero decide tomarse una Red de Solidaridad empuñando un cuchillo debido al desespero al no recibir un respaldo por parte del gobierno. Los medios lo trataron como un terrorista, como un paria, todo por el hecho de ser negro y pobre.   

"Treinta y dos cuerpos decapitados, con las manos atadas con alambre, sin ninguna historia, son una imagen pornográfica, es decir, equivalente a lo pornográfico en la incapacidad de suscitar reflexión: suscita un impulso  animal de miedo y de repulsa, nada más. Ni siquiera sabemos quién mató esos cuerpos, si los unos o los otro la imagen es igual". Cito aquí a Héctor Abad Faciolince  con el fragmento de este texto que escribió para un foro organizado por la  extinta NÚMERO en el marco  de la Feria Internacional de Bogotá del 2001 que se denominó: “ El país de los medios de comunicación”. En él Abad critica la superficialidad con que algunos noticieros de televisión presentan su información.

Avalo el compromiso social que ha adoptado  EL PRESAGIO con NEGRO al ser contestatario y denunciar este tipo de mensajes que narran desde la voz de las víctimas la dura situación de violencia de la que se ven abocados tanto los desplazados, los campesinos y todos aquellos que por su condición de marginalidad tienen que sucumbir  a ser devorados por el pez grande.


Con esta producción escénica se  suscita  que el panorama se ve NEGRO y que  el cambio no depende de los gobernantes sino de nosotros mismos. Por esa razón hay que apostarle al arte, a la educación y  obvio al  teatro.