05 septiembre, 2012

La última ... y nos vamos.


Leyendo en  la revista NÓMADAS  de  La Universidad Central me encontré con esta fotografía de Joel Verdugo Córdova,  que me causó no sólo risa sino que evocó instantes en Bogotá, cuando compartí con compañeros de la Maestría en Escrituras Creativas de la "Nacho" y quienes se caracterizaban por ser unos amantes de la "Pola" y el "Guaro". 

Jamás olvido esa frase popular de : "pedimos la última  y nos vamos". Mentira piadosa de aquellos que se dejan seducir por los senderos del licor. Para algunos el pretexto de etiquetarse intelectuales les da la licencia para disfrutar de ese néctar que se confunde con Ambrosía convirtiendo a los embriagados  en dioses del Olimpo. 

Entre disertaciones filosóficas, " azote de baldosa" y una que otra caminata zigzagueante los borrachines sucumben  ante la aparición de la  penumbra , después de estar "chupando" desde tempranas horas del día. Tienen la virtud de convertirse en seres de luz y a la vez en vámpiros que desafían a la urbe en las tinieblas. 

A la final no importa la banda sonora del antro en el que se encuentren. Puede rasgar las cuerdas de una guitarra el mismo Keith Richards o irrumpir  un timbaleo de Tito Puente. Lo que realmente importa es el discurso para engordar el ego. 

PD: Dedicado a Lenin Auris, Andrés Gómez y su líder Ballesteros.

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