24 octubre, 2006

CARTOONS


Hace poco, expresé que había dejado a un lado la literatura por el júbilo de disfrutar lo audiovisual. Pues bien lo que puede sonar contradictorio se debe a que en el blog anterior, me daba alientos para continuar escribiendo historias de todo tipo.


Para mí es simplemente un instante de respiro, teniendo en cuenta que mi infancia fue cultivada a través del cómic y la televisión. Personajes como Bugs Bunny, El Ratón Mickey, El Capitán Centella, Los Thundercats, hicieron de mis primeros años los más felices de mi vida.

Debido a que mi contacto con los libros fue tardío, mi subconsciente me insita al más acérrimo deseo por las imágenes en movimiento. Historias narradas por personajes fantásticos, que en algunas ocasiones son víctimas de un accidente generando en ellos una mutación o simplemente seres de carne y hueso que a raíz de la violencia de su entorno, deciden combatirla tras una máscara y un traje estrambótico.

Desde estos referentes ya podemos distinguir el bien del mal y en algunas ocasiones la crueldad del ser humano, representada en personajes animados como ocurre con el Coyote y el Correcaminos. Sin embargo nos asombra cuando en los noticieros nos informan de masacres, y demás actos atroces. La diferencia es que aquí las bombas y los atentados no son realizados por artículos marca ACME.

Por eso lo único que tengo para decir es: “Esto es todo amigos”