04 julio, 2007

Capote, una mezcla entre realidad y ficción

En esta temporada de vacaciones, he tenido la oportunidad de adquirir algunas películas en DVD. Una de ellas es Capote. Obra cinematográfica con la cual Philip Seymour Hoffman obtuvo el Oscar a mejor actor.


De Truman Capote supe en la Universidad, cuando un profesor del área de prensa escrita nos enseñó una entrevista del famoso periodista y escritor norteamericano. Allí se dieron datos de su infancia, pasando por su adolescencia y su adultez, hasta llegar a enseñar un lamentable estado de embriaguez, en donde se podía percibir en la gran soledad en la cual culminó su vida este personaje.


Posteriormente en una asignatura denominada periodismo literario, leí "A Sangre Fría". Libro que relata de una manera detallada el asesinato de cuatro miembros de una familia granjera, conocida como los Clutter, los cuales residían en Holcomb Kansas.



La película arranca desde el momento en que los asesinos: Perry Smith ( Clifton Collins Jr.) y Dick Hickock (Mark Pellegrino) son capturados, juzgados, declarados culpables y condenados a pena de muerte.



Como de costumbre cuando lees primero la obra literaria y posteriormente visionas la película, te queda un sinsabor de que a la historia adaptada se queda corta frente al texto. Las razones son muchas. Sin embargo aquí voy a nombrar las que a manera personal me parecen más relevantes.



Como primera medida esperaba que se ambientara con mucha más presición la relación entre Perry y Dick.


A pesar de los flash backs que relatan como fueron asesinados Los Clutter. Me parece que se debió utilizar ese recurso para la escapatoria. Debido a que ellos son encontrados mucho tiempo después del hecho.


Aunque la película toma en cuenta la labor obsesiva de Truman Capote por la investigación del caso al dar conocer los cinco años que estuvo tras él para la culminación de la novela, pienso que debió ser más explícito en el hecho que el investigador tenía la manía de escuchar conversaciones en los restaurantes y copiar en libretitas todas las impresiones que recogía. Al culminar el proceso se percató que tenía miles de estos apuntes que le ayudaron considerablemente en la etapa de redacción.


Me encantó la caracterización del personaje, su manera amanerada de coger los cubiertos, la forma de caminar, en fin, un galardón muy merecido, después de ver a Philip Seymour en películas como El dragón rojo , Patch Adams o Misión Imposible III.


Por ahora continuaré leyendo más de su obra entre las que tengo, "Música para camaleones" y ojalá encuentre "Desayuno en Tiffanys".






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