09 abril, 2014

LECTOR PROMISCUO.






Confieso que por estos días me he transformado en un lector promiscuo. Mis pupilas han cabalgado por algunas entrevistas periodísticas, capítulos de la Biblia y fragmentos ejemplares de Hamlet de William  Shakespeare. 

Mis impulsos por encontrar una voz que me ayude a construir el  proyecto de mi  próxima novela revela ese aspecto neurótico y obsesivo que se nos despierta en la mayoría de  escritores. 

Gracias a la generosidad de la gestora cultural de una pequeña biblioteca comunal, a unas cuantas cuadras de  mi casa, es que he podido bucear en diversas propuestas  narrativas. Sin embargo todavía no he encontrado la que me enamore. 

Intenté con URSÚA  de William Ospina, pero me aburrí en los dos primeros capítulos. Después  probé con Ceiba de la  Memoria de Roberto Burgos  Cantor y me ocurrió lo mismo que con el  primero. Y así me la he pasado con varios autores entre ellos MURAKAMI, PAHMUK, entre otros. 

Hoy por casualidad me encontré con una novela de un autor, que al parecer no es muy conocido, eso me llamó la  atención, su nombre es Humberto Ballesteros y su novela  titulada : Razones para destruir una ciudad, ganó el Premio Nacional  de Novela  Ciudad de Bogotá 2010. 

Me interesó el lenguaje sencillo con  que arranca, la propuesta de un personaje llamado Natalia que crea una ciudad que cataloga como Venecia  para utilizarlo como un escape para el entorno en el que vive. Posee frases cortas pero contundentes que le imprimen fuerza al primer capítulo: " Comencemos.

A veces la forma como nació te parece  evidente. Otras se te antojan difíciles de recordar. Es difícil, porque cuando  Venecia comenzó  todavía no sabías que existía una ciudad con ese nombre".

Prometo contarles más cuando la termine. Por ahora seguiré en mi promiscuidad literaria que me ha convertido en un polígamo. 

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