30 marzo, 2007

INTIMIDADES

Ayer, uno de mis compañeros del grupo de teatro tuvo la oportunidad de ingresar a mi cuarto. La sorpresa fue encontrarse con un anaquel de novelas de diversos géneros e igualmente con un singular número de películas, que incitaban a contemplarlas, pero cuando escuchó los acordes de U2 y posteriormente los de Fito Páez, no pudo incorporarse del asiento en donde se acomodaba cómodamente.


Al instante en que le enseñé mis fascículos de cómics, comprendió inmediatamente el porqué de mi inclinación tanto literaria como teatral. Su impacto fue tal que insistió que le ofreciera una nueva invitación debido a que se llevaba premura de tiempo. Yo afirmé con mi cabeza. Ahora mi mundo, es una ventana a la ciudad.

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