19 enero, 2007

'Tirar la pluma’

Nunca he sido muy adepto de estudiar a manera de manuales, prefiero experimentar con mis propios escritos y en el peor de los casos, utilizo la vía del tutor o profesor o como le quieran llamar, sin embargo me traje de la biblioteca unos cuantos libros o más bien se les puede llamar manuales de escritura con los que me divierto en las horas de la tarde. Gracias a ellos he descubierto un abanico de posibilidades de expresión que me han servido en mi ejercicio como periodista y escritor.


Entre los textos se encuentra cómo escribir correctamente, o también el de cómo aumentar su vocabulario, igualmente está uno para los que sufren con la ortografía o con la gramática. De todos modos el ejercicio de la escritura como he dicho en otras ocasiones, es ante todo un deber de disciplina y de perseverar hasta el momento en que nuestra lucidez, o en el peor de los casos, nuestra permanencia en este mundo nos lo impida. Igual nunca hay que creernos el cuento que escribimos bien, porque ese sería el fin de nuestra propia investigación, que consiste en que cada texto puede ser mejor y lo podemos lograr por muchas maneras entre ellas la corrección por medio de la reescritura, así se van reciclando experiencias que contienen en algunos casos aciertos y en otros fracasos.

En este ejercicio no hay formulas, sólo el trabajo y el riesgo de lanzarse al vacío para equivocarse. Como también está el de tirar la pluma y resignarse a leer lo que otros narran. Así lo describe Enrique Vila Matas en su libro ‘Bartleby y compañía (2000); en donde se expone este síndrome acerca de varios escritores de gran talla como Juan Rulfo o algunos noveles autores, que han dejado de escribir por varias razones. El caso de Rulfo se dice que su abuelo Severino era quien le contaba las historias, al morir el viejo, ya Rulfo no encontró más aliciente para escribir, otros se atrevieron a expresar que Rulfo tenía miedo porque pensó que nunca iba a superar la calidad de sus novelas ‘Pedro Páramo’ y ‘El Llano en Llamas’.

Por lo que respecta a mi seguiré en mi búsqueda, probablemente no gane premios u obtenga prestigio, pero moriré con mi consciencia tranquila al saber que nunca ‘tiré la pluma’

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