06 diciembre, 2006

La máquina de las pesadillas

“El mundo es así no como nos gustaría que fuese. El hombre es un animal violento y no veo nada de malo en mostrarlo tal como es”, declaraba Clint Eastwood al establecer un concepto acerca de la naturaleza del ser humano como un ser peligroso que obedece a sus más bajos instintos.

El cine ha sido el escenario perfecto para enseñarnos ese lado oscuro que acecha a la especie, motivados en algunas ocasiones por satisfacer ansias de poder, riqueza y ambición.

Podríamos decir que maestros del cine como Fritz Lang y Alfred Hitchcock, establecían en sus puestas en escena un argumento amparado en la crueldad. Lo que generó un semillero de nuevos directores como Stanley Kubrick, Coppola, Scorsese y De palma, entre otros.

El cineasta francés Jean - Luc Godard pone al comienzo de “Pierrot el loco” esta frase: “ El cine es como un campo de batalla. Amor, furia, acción, violencia, muerte. En una palabra emoción.” Todas estas características hacen parte de la posibilidad de jugar con ellas para producir poesía, sólo que esta poesía de lo siniestro se convierte en un revulsivo de las conciencias satisfechas. Tal sucedió con el film “ Saló o los 120 días de Sodoma” ( 1975) de Pier Paolo Pasolini. Inspirándose en la estructura narrativa de la “ Divina Comedia” de Dante, el director divide la película en cuatro círculos: el de las manías, el de la mierda, el de la sangre y el de la muerte. Los cuatro señores ejercen su poder totalitario sobre las distintas víctimas elegidas, a las que someten a toda clase de vejaciones y abusos llegando incluso a la tortura. El film resulta insoportable porque en él las posiciones están radicalizadas: nos presenta el mal absoluto ejercido por el poder más absoluto de la manera más arbitraria.

En los años 60, los grandes temas abordados por el cine son la desintegración y el fracaso.
Otros fenómenos que modificaron la narrativa cinematográfica de estos años son los siguientes:

a) Frente al declive de las fórmulas tradicionales, al cine no le queda más remedio que ceder al empuje de la televisión y busca sus nuevos talentos en pantalla chica.
b) Si el terror vive una etapa de esplendor, lo mismo ocurre con el cine violento que muestra en la pantalla sucesos d ela vida real, como Bonnie & Clyde”, “ A sangre fría” o “ El estrangulador de Boston”.
c) El llamado cine independiente fue una respuesta a la crisis: películas de bajo presupuesto. Roger Corman, un modesto director reconvertido en productor, dio sus primeras oportunidades a realizadores como Coppola, Bogdanovich, Jonhatan Demme y Scorsese; y a actores como Jack Nicholson, Robert de Niro o Dennis Hopper.

Los 70 suponen el nacimiento de una nueva generación de cineastas. A la cabeza figuraban italoamericanos, como: Coppola y Scorsese, acompañados por Spielberg, el rey Midas de Hollywood.

También en esta década resurge el cine de terror, gracias a la tarea de dos nuevos realizadores y al éxito ya mítico de “Tiburón” (1975), de Steven Spielberg. El primero de ellos es Brian De Palma, que se inició en el cine experimental y consiguió éxito con “ Carrie”, la primera adaptación al cine de una novela de Stephen King.

El segundo, Jonh Carpenter, ha hecho de todo en el cine: director, actor, guionista, montador e incluso ha compuesto la banda sonora de gran parte de sus películas. En su filmografía se destacan títulos como: “La cosa”, “Halloween”, “Martes 13”, entre otras.

En cuanto a los directores, a finales de los 70 se destacan como independientes los hermanos Coen, Jim Jarmusch, David Lynch, Spike Lee, Sam Raimi, Alan Rudolph y John Syles.

Imagen ha sido la palabra clave para el cine de los años 80. Entre los cineastas que le dan total importancia se encuentran James Cameron, Rob Reiner, Steven Soderberg y Tim Burton .

El cine de estos últimos años perpetúa algunas de las tendencias de las épocas precedentes y potencia de forma destacada la simulación. De forma más descarada, las nuevas tecnologías irrumpen en el relato cinematográfico y lo modifican. Así mismo la estética del Vídeo – Clip, trasplantada al formato de largometraje, produce aberraciones narrativas. Pero también es cierto que determinadas argucias procedentes del clip y la publicidad han dado lugar a resoluciones escénicas novedosas y estimulantes.

Los componentes de esta generación utilizaron unas estrategias de filmación y una puesta en escena que han servido de modelo para muchos realizadores actuales que no ocultan su admiración por ellos, tal es el caso de Quentin Tarantino, que define “ Pulp Fiction” como un spaghetti western de la postmodernidad.


(Fuente: Violencia en el cine. Matones y asesinos en serie, de Vincent Sanchis.)

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