20 octubre, 2013

Un muchacho con cuerpo de viejo.



A Julián Malatesta confieso que no lo he leído. Sabía de él por un fugaz encuentro que tuvimos  hace muchos años, al acompañar a dos colegas que fungían como periodistas del periódico LA PALABRA. La intención en esa ocasión era entrevistar al poeta Juan Manuel Roca,(estos dos titanes de las letras han mantenido una estrecha amistad durante años). No recuerdo cuanto tiempo ha transcurrido desde ese acontecimiento, pero después de el reencuentro que tuvimos  ayer en Sábados Literarios con el actual director de la facultad de literatura de la Universidad del Valle, me motivó a escribir una breve crónica acerca de este misterioso ser que se mueve  entre las sombras de la intelectualidad y el esoterismo.


Eran eso  de las cuatro de la tarde cuando arribé a uno de  los apartamentos del primer piso del edificio LOS MONTES al oeste de la ciudad. Ahí estaba Malatesta rodeado de aquellos que se dan cita cada fin de semana para tertuliar. Opté por saludar a cada uno y me senté en una silla ubicada de manera diagonal al invitado. Desde esa perspectiva apreciaba a un hombre cercano a los sesenta años, cabello ondulado cenizo y esponjado como si fuera la cabeza de una ceiba ambulante, un bigote  espeso entre blanco y gris que por instantes me evocaba la  imagen de un Charly García tropical, pero que al incluirle su  nariz aguileña se me asemejaba más a la de un 'Gabo' anidado por una urbe amante de la salsa y permeada por el narcotráfico. Llevaba una camisa blanca por fuera, parecida a una guayabera, unos jeans, unas medias azul agua marina y unos zapatos de gamuza con un azul más oscuro, supongo que turquí quien siempre tomó la postura de las piernas cruzadas. Hasta ese instante Danilo, líder del grupo,decidió tomar el papel de moderador avasallando al artista con diversas preguntas.

Malatesta se veía cómodo, y a cada inquietud desenvainaba una respuesta como un personaje de Western que tiene la rapidez mental  para disparar con la palabra. Lo importante fue que no se cohibió. Confesó qué a la hora de escribir era el más irresponsable de todos sus amigos, debido a que no tenía  modelos prefabricados, su única técnica consistía en encontrar la primera frase. Por cierto narró una anécdota que nos produjo gracia. Para la novela que está trabajando utilizó la  frase: ' el que le toque el culo a mi mamá lo mato' y de ahí ha seguido trabajando y explicó que todavía no sabe si esa frase quedará consignada, pero le ha funcionado como Leiv Motiv.

De igual manera nos contó de su inmersión en el bajo mundo al caminar una madrugada por las calles del centro de Cali. Alcanzó a ver  a un hombre que se acercaba con firmes intenciones de atracarlo, así que cuando lo tuvo cerca, el poeta en su astucia, se le avalanzó al presunto ladrón y le dijo: ' negro querido vení te invito a comer un chorizo'. Al rato aquel ser le respondió en su lenguaje lunfardo que el artista se había salvado por ser noble e invitó al poeta a  visitar su casa en una ' olla' por allá cerca de la diez. Malatesta aceptó y con el tiempo se hicieron grandes amigos. Lo más importante de esa experiencia es que el académico aprendió que a pesar del ambiente hostil que se vive en ese mundo, que Malatesta calificó de ' infierno', también se descubren valores como la humildad,  nobleza e integridad.

Posteriormente la charla se tornó todavía más interesante cuando nos habló de que los escritores de ahora solo se preocupan por entregar los bocetos y no la obra completa. Con ello me hizo reflexionar acerca de la presión que existe por parte de algunas editoriales para que sus autores publiquen a como de lugar. Y la conclusión a la que llegué es que en estos tiempos impera más el afán de popularidad  que profundizar en los conflictos de una sociedad y del ser humano.Por tal razón hay que acercarse a obras de autores como  Cervantes, Shakespeare y Joyce, quienes bucearon en esas aguas y no navergaron en la superficialidad de la anécdota. Por otra parte me llamó la atención  que defendiera la obra de Paulo Coelho al igual que la saga de Harry Potter y también recordó que, en uno de sus viajes al exterior, terminó defendiendo a los narcos y se sintió supremamamente patriota y le agradece a ellos porque trajeron la inversión para los centros comerciales , agregó que es  allí donde prevalece nuestra doble moral al señalarlos cuando nosotros también , de manera directa o indirecta, hemos comido del pastel.  Sin embargo lo que me dejó sin pestañear los oídos, más que su postura política, fueron sus relatos con sus coqueteos, si se le puede llamar así, con el esoterismo. Podría asegurar que cuando explicó que se debía cruzar las piernas porque era peligroso por las entidades que él aseguraba estaban presentes allí,  creo que muchos pensamos en hacerlo. Fue en ese momento en que  Malatesta , a pesar de ser consciente de su poder para seducir con la palabra, se transformó en una especie de Chamán  quien tenía el poder de darnos las claves para la vida y por qué no para encontrar la felicidad.  Fue una llamada a su celular que irrumpió con el hechizo al que nos tenía encantados.


Por último nos tomamos la protocolaria foto y nos quedamos  durante unos minutos socializando la experiencia. Alguno  se atrevió a decir que Malatesta noveló su vida ante nosotros y que a  lo mejor ni se enteró. A mi mente llegó una frase que me quedó y con la cual me sentí completamente  identificado y es que él se autodenominó como un muchacho en el cuerpo de un viejo,  así que todavía le faltaba muchas experiencias por vivir. Para nuestra fortuna  hay Malatesta para rato.

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