Ayer
me fui a ver con mi pareja Las aventuras de Tintín y el Secreto del Unicornio.
Tenía muchas expectativas acerca de esta adaptación de Hergé dirigida por
Steven Spielbeg y producida por Peter Jackson. Confieso que me satisfizo. Me
gustó la historia, la técnica denominada Capture Motion, los encuadres y la
utilización del 3D.
De
igual manera me gustó cómo inicia la historia con el detonante de la compra del
barco, el protagonismo que se roba Milú y cómo la misma historia nos va
sumergiendo en una atmósfera de misterio muy al estilo del género policiaco
combinándolo con el de aventuras generando que uno se aferre a la butaca.
La
historia es que Tintín compra un barco y un desconocido le previene que esa
adquisición le traerá peligros. Él joven reportero hace caso omiso de la
advertencia y se lo lleva para su casa. Allí entra un gato, al que corretea
Milú, en la persecución dejan caer la enigmática embarcación y de allí sale un
pergamino que desencadena la búsqueda de un tesoro por diferentes países del
mundo.
La
inclusión de personajes como el capitán Haddock, los detectives Hernández y
Fernández me pareció acertada al igual que el antagonista.
Posteriormente
seguiré escribiendo de esta película que revivió tiempos de mi niñez, cuando
tuve esos ejemplares en mis manos.
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