11 septiembre, 2009

EL ESCRITOR EN LA TORRE DE MARFIL.


Esta mañana leí en el blog de Marcelo Figueras un post titulado el escritor y su comunidad. En el texto plantea el aislamiento del escritor con la realidad en su proceso creativo a la hora de escribir. Simplemente es buscar en el google sobre el tema que estamos investigando o pedir el libro que necesitamos por teléfono o por la misma red para indagar en el campo que necesitamos profundizar.

Una de las pruebas de esta argumentación que propone el escritor argentino es la constante referencia a productos o íconos culturales como Marlboro o Sony. Todo ello para generarle al lector una sensación que el escritor también participa de la misma comunidad del lector.

Pienso que aunque no dudo que la internet es una herramienta fundamental en el proceso de investigación, siento una gran predilección por hablar con las fuentes directas y realizar el trabajo de campo exhaustivo de conocer como viven esos personajes a los cuales se les está dando vida, de oler y de intentar impregnarse del entorno.

Un autor como el chileno Roberto Bolaño desempeñó diversos oficios como camarero, lavaplatos, vigilante nocturno, basurero, descargador de barcos, lo que le dio la materia prima para sus relatos.

Definitivamente creo que hay que vivir intensamente para escribir mejor y conocer el mundo y así preguntarnos qué significa la vida y por qué no la muerte.

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