18 marzo, 2009

TERTULIAS


Ser un embrión de escritor en una sociedad poco lectora, puede convertirse en una obsesión de personas tercas y perseverantes que de una u otra manera sueñan con construir un mundo mejor. Y es a través del licor en donde fluye esa catarsis de la cual los creadores estamos sumidos y que en algunas ocasiones utilizamos para despojarnos de fantasmas del pasado que reaparecen en cada iniciación literaria.

Este es el momento cumbre en donde debemos enfrentarnos al escarnio público de divulgar nuestros pensamientos a través del papel y la tinta, esa nostalgia de seres anónimos que sueñan con lograr la inmortalidad.

No hay comentarios.: