Leer, al igual que escribir, sirve para entender el mundo que habitamos. Por eso para mí es importante tener constantemente un libro en la cabeza. Por esta temporada estoy leyendo " La Ley de la ferocidad del escritor argentino Pablo Ramos.
El personaje principal se llama Gabriel y me encanta porque al convertirse en un narrador intradiegético en primera persona, ( es decir que él se incluye en el relato), nos revela todas las perversiones que circundan por su cabeza. Él es un tipo adinerado, y para los demás es un tipo exitoso. Sin embargo en reiteradas ocasiones él mismo despotrica de su condición, aclarando que todo su emporio lo ha construido como una venganza hacia su padre.
Existen varios capítulos en donde el tono del personaje destila veneno. La novela inicia con un evento crucial. El velorio de la muerte del padre de Gabriel. Ese escenario es la plataforma para que desfilen la familia del protagonista, el señor Traum, encargado de que todo salga bien en la funeraria, la azafata con quien Gabriel tiene una aventura sexual, pero el espacio se esparce por Buenos Aires y varias avenidas de Avellaneda, lugares en que aquel millonario se desplaza ,en ocasiones con cierta torpeza, debido a su acrecentado alcoholismo.
Esta es ante todo una novela urbana que representa el vacío existencial de un personaje que se siente agobiado de ser quien es y que decide contar su historia gracias a la máquina de escribir que rescata de las pertenencias de su abuelo.
De esta obra me gusta como el autor nos transporta en el tiempo y nos promete que en el presente ya no es el mismo, pista que nos incita a devorarnos el texto por completo. De igual manera se nota el trabajo del lenguaje, de la construcción de unas frases que sirven como bomba Molotov para descargar esa rabia del narrador, que uno como lector percibe. Cada descripción de los espacios es como un cuadro o una fotografía que nos permite imaginarnos como olerían las fragancias de aquellos lugares u otear cada elemento que hace parte de la escenografía.
Definitivamente es un libro para degustar como un buen vino o como una deliciosa pasta. Bon apetite.
Definitivamente es un libro para degustar como un buen vino o como una deliciosa pasta. Bon apetite.
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