Hoy tengo mi primera entrevista laboral del año. Debido a una convocatoria que abrió una compañía de teatro para escoger a un comunicador.
Es desde esa perspectiva en que uno reflexiona acerca de las máscaras sociales que uno asume. Ir con saco y corbata o con jean, camiseta y tenis, como realmente me encantaría ir.
Y si me piden que hable de mí. Ésto sería lo que les diría:
Me llamo Mauricio, realmente me gusta mi nombre , aunque existan tantos seres vivientes con él, la otra vez descubrí a un perro por la cuadra en donde vivo y en ocasiones cuando lo llamaban a comer salía yo. Soy extremademente perezoso y no estoy exagerando, a pesar que no me gusta madrugar, prefiero salir temprano a trabajar y llegar rápido a casa. He leído a varios autores, pero odio la gente petulante que habla de sus libros como los mujeriegos hablan de sus mujeres enseñándolas cual trofeos, los leo por placer, no por chicanear. Tengo la manía de escribir casi todos los días, confieso que a ratos lo realizo por gusto, pero en otras por el simple ejercicio de mantener una disciplina. Me encantan las mujeres, cuando expreso al género femenino en términos generales quiero decir que no soy tan selecto, admiro hasta las feas.
Soy tan básico que me asusto con las películas de terror y me excito con las de porno, de igual manera lloro a moco tendido con aquellas que terminan con moraleja, siempre juro mejorar como persona después de verlas. Tengo mis complejos: que soy bajito, feito, gordito, que tengo los dientes más torcidos que los congresistas, pero a ratos, a lo mejor para levantarme el ánimo, agradezco por ser único.
Me gusta el sexo, la comida y el baile. Me encanta ir a cine y al teatro. Soy de los que canto en el baño, aunque lo haga mal, escucho a Juanes, Andrés Cepeda y Fonseca. Pero a la semana siguiente me revelo y pongo a todo volumen a METALLICA, MARILYN MAISON y NIRVANA. Me enamoro con pasión y a una velocidad arrolladora. Me vuelvo intenso, pero del mismo modo, al primer obstáculo, me desenamoro, como si el hechizo se deshiciera.
Duermo sin ropa en las noches, veo televisión hasta tarde y me envicio a la internet. Disfruto jugar fútbol y subir a las tres cruces. Y odio cumplir con horarios para trabajar.
Soy inseguro, desconfiado y en ocasiones gruñón, pero en el fondo soy noble y cuando se me sale lo paternal no hay quien me pare.