BATMAN CONTRA EL CABECIROJO.

Hace poco tuve la oportunidad de encontrarme con una promoción de películas de DC originales.  Entre ese catálogo la que más me llamó  la atención  fue Batman Under The Red Hood. No era la primera vez que la había visto en un almacén de discos, pero la primera vez que la descubrí no tenía el dinero, afortunadamente.

La historia inicia con la tortura por parte del Guasón a Robin. Batman intenta esquivar todos los obstáculos posibles en su batimoto para lograr rescatar a su compañero. El detonante es que una explosión termina con la vida del joven maravilla.

Posteriormente aparece el personaje de Red Hood, limpiando las calles de Ciudad Gótica del hampa, lo que lo caracteriza son sus métodos, a diferencia de Batman no le importa matar a su adversario. La historia termina con revelaciones tanto para Batman como para el espectador. Me encantaron la calidad de las imágenes , las escenas de acción y esa personalidad siniestra del Guasón que nos confirma el protagonismo de este antagonista en cada aparición que hace. 

Por tal razón recomiendo esta película a todos los seguidores de Batman y bueno a quienes no lo son también.

EL PÁRAMO UNA PROPUESTA INTERESANTE.

Confieso que hace mucho tiempo no veía una película colombiana en una sala de cine. La oportunidad fue en la  temporada de Zinema Zombie, en la Cinemateca Distrital. El jueves pasado junto con Claudia y Jaison, un parcero paisa con el que hablo de cine y literatura durante horas, llegamos al lugar que queda por toda la séptima con veintidos, ahí pegadito del Teatro Jorge Eliecer Gaitán. Eran eso de las seis y media de la tarde. El frío apabullante de la capital se sobresaltó debido a la lluvia. 

El lugar estaba atestado de espectadores, pues la función resultó ser gratuita, Nos ubicamos en la mitad de la sala. No niego que tenía mis prejuicios acerca de la historia por una crítica que había leído en algún suplemento cultural. 

Todo inicia con un grupo de militares que encuentran una base en un páramo. Al parecer está desolado y cada que se van  adentrando van descubriendo elementos que le van generando más suspenso a la narraciòn: Una pata de gallina colgada con un rezo escrito en una pared con tiza, cadáveres y una mujer con un aspecto sombrío a la que le atribuyen ser  guerrillera o peor aún: una bruja.

La soledad y la impotencia por no poderse comunicar con el exterior va calando en la cabeza de cada de uno de estos soldados generando que la tensión dramática vaya en crescendo.   Situación que me hizo permanecer en vilo en la butaca.

Tanto la factura de la película me pareció  impecable como algunas actuaciones. El final me encantó. Así que la recomiendo, supongo que ya no está en las salas de cine, pero al menos la pueden comprar en DVD cuando salga.

El Páramo es una película dirigida por Jaime Osorio y está clasificada como Trhiller de Terror y entre el reparto de actores se encuentran Mateo Stivel, Juan David Restrepo, Mauricio Navas, Alejandro Aguilar, Andrés Castañeda, Daniela Catz, Julio César Valencia y Juan Pablo Barragán.

Un “Cuervo” con un vuelo interminable II.

Para mí uno de los  oficios más apasionantes ha sido ejercer el periodismo y en particular la reportería. Disfruto encontrarme frente a frente con cada una de las fuentes de información para que me cuente  una historia. Anhelo extractar de esa charla un material rico de información que me interese no sólo a mí, sino a otros. Por tal razón sentí que el proceso lo inicié con pie derecho. Si mal no recuerdo uno de mis primeros entrevistados fue  Enrique Santos Molano. Fue  una mañana de sábado en que me dirigí a su apartamento, muy cercano al Museo Nacional. Quien me abrió la puerta del edificio fue su hijo, un joven que al parecer se acercaba a los veinte años y que iba vestido de manera casual : jeans, camiseta y zapatillas.  Cruzó un  par de palabras conmigo, pero al parecer no estaba interesado en entablar  conversación. Sólo atinó a responderme que llevaba viviendo allí toda su vida. En el apartamento la esposa de Santos se disculpó por no poderme atender porque estaba encargada de unos arreglos en el inmueble. Esperé unos minutos en una sala amplia, rodeada de libros y algunas fotografías en sepia. No puedo negar que mis prejuicios me engañaron al creer que me iba a encontrar con un lugar suntuoso, pero lo que descubrí fue un recinto sobrio. Enrique, el investigador, el periodista  y columnista apareció destellando una paz que impregnaba todo el lugar. Pero quién no se despegó de él fue Simona, una french poodle que hacía las veces de  ángel guardián. Conversamos cuarenta minutos de aspectos relacionados con el tema Cuervo. Luego él de manera cordial me acompañó hasta la salida del edificio.

Otro de los personajes que me encantó entrevistar fue a Otto Morales Benítez. Él fue el reemplazo de Fernando Vallejo, debido a que el polémico escritor jamás respondió a nuestra propuesta de incluirlo dentro de los especialistas del programa. Nos atendió a Víctor y a mí en su oficina ubicada en la torre Colpatria, en el centro de la ciudad. Lo que más me causó simpatía fue la calurosa bienvenida, acompañada de sus estruendosas carcajadas que retumbaban por todo el despacho. Me sorprendió ver a un  hombre de casi 91 años, tan lúcido y enérgico, con una obra tan prolífica que cualquier ensayista envidiaría. A él sólo bastó dispararle una pregunta y sus palabras se desbordaron como la sangre. Nos dejó perplejos su memoria fotográfica y  a mí en particular su manera de leer, desprovista de anteojos. Pensaba lo que me hubiera gustado tener un abuelo así , que me hablara de la cultura colombiana con tal desparpajo, alejado de academicismos y pedantería. Si Juan Rulfo respondía,  según  Enrique Vila- Matas  en su libro BATERBLY Y COMPAÑÍA que no escribía más porque había muerto su tío Celerino, que era el que le contaba las historias, por qué yo podía tener mi propio tío Celerino, con la fortuna, que a pesar de su edad, éste  estaba vivo y entero como un  roble.

Cada vez que me encontraba con uno de los especialistas mis datos  acerca de Rufino José Cuervo se iban complementando.

Un “Cuervo” con un vuelo interminable.

Toda esta historia se genera a través de un correo electrónico. En él se informaba que desde el Ministerio de Cultura se iba a crear un nuevo programa radial que se especializaría en la conmemoración del Año Rufino José Cuervo. Pedían la recomendación de un estudiante o un profesor de la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional. Por esos momentos estaba en el proceso de mi tesis, una novela, y mi tutor era el escritor paisa Juan Diego Mejía. Él de manera muy amable me recomendó. Entre mis funciones estaba escribir 17 libretos, 34 píldoras y realizar entrevistas con sus respectivos testimonios.

Recuerdo que al inicio envié unas pruebas con textos muy cortos. Después tuve la oportunidad de comunicarme telefónicamente con la persona encargada del proyecto y a los días nos conocimos en su oficina. Confieso que tuve que tener mucha paciencia. Porque aunque en el correo decía que el proyecto iniciaba en el mes de junio fue hasta septiembre que empecé a ver luz verde. Durante ese tiempo me sumergí en la biblioteca de la Universidad Nacional a investigar, porque debo confesar que mis conocimientos acerca del tema eran incipientes.

El primer reto fue realizar un programa piloto en tiempo record. Para ello ya había creado una estructura del programa que debía durar alrededor de  veinticinco minutos al aire. Allí había escrito algunas propuestas para las secciones del programa en las que algunas se cambiaron  y otras se complementaron con comentarios de Jenny Alexandra Rodríguez, asistente de la Oficina del Libro y la cabeza del proyecto. Fue en ese primer programa que conocí a Héctor Delgado, un joven con una característica especial, su cabello es muy similar al del pibe Valderrama, sólo que desprovisto del incandescente color del astro del balompié. Él tendría la responsabilidad de encargarse de la fase digital del proyecto al promocionarlo por el Faceboook, el Twitter y los chats, pero por casualidades de la vida, también se ofreció a ser la voz masculina del proyecto.

Meses después, al salir de un Coloquio en el Gimnasio Moderno, me enteré que al equipo iba a ingresar un nuevo integrante. Se trataba de la persona que iba a armar todo para que con la magia de la música, los efectos de sonido le daría vida a lo que después iba a denominarse Palabra de Cuervo. Su nombre Víctor Ogliastri, un hombre de mediana estatura, contextura delgada y acentuada calvicie. Los cuatro: Jenny, Héctor, Víctor y yo nos reunimos un viernes en la mañana en el Ministerio de Cultura para aterrizar el proyecto e iniciar con el trabajo de campo. ( Continuará)

SPARTACUS

Me considero un aliado del zapping. Gracias a ello pesqué un capítulo de una serie que me interesaba ver, pero  jamás recordé el horario, fue este domingo como a eso de las nueve de la noche en que descubrí  una ambientación interesante, pero sobre todo lo que más me cautivó fueron sus escenas de acción. Era Spartacus, una serie en donde el protagonista es un gladiador. 

Confieso que eso fue lo que más me atrapó fue el vestuario y las coreografías de las batallas de los guerreros que se enfrentaban en la arena. Todavía no estoy muy enterado de los conflictos de los personajes ni de quienes acompañan al protagonista, pero prometo que le seguiré la pista para entregarles más información.

Hasta pronto.

ESCRIBO...

Escribo para olvidar o tal vez para recordar.  Escribo porque se ha convertido en una necesidad, en un vicio o probablemente en una obsesión. Cada mañana me levanto con la idea de que tengo que teclear  en el computador e hilar cada letra, cada sílaba, cada palabra, cada frase, hasta armar al menos un párrafo legible para mis lectores.

Escribo porque en mis entrañas subyacen vacíos, culpas, complejos y miedos que necesito exorcizar. Pero también escribo para afrontar aquellos demonios que me susurran al oído en las horas de sueño todas sus perversidades.  Escribo para entenderme y así comprender las reglas del mundo en que habito. Escribo para no tomar un arma y volarme los sesos. Y ante todo escribo porque no sé hacer nada más en la vida.

NOVELA GRÁFICA.

A  raíz del éxito de la serie de televisión THE WALKING DEAD,  me di a la tarea de leer la novela gráfica.  Gracias a ello descubrí que  aunque hay escenas que están literalmente adaptadas de la historieta, muchos aspectos narrativos se salen por completo del cauce de la tensión dramática. 

Es decir el personaje de Shane, al que hace poco vemos con la cabeza rapada en la serie de FOX, muere, al inicio de la historia,  por un disparo propinado por  Carl,  el pequeño hijo de Rick. Otro de los ejemplos es que  el personaje de Otis, el cazador que accidentalmente le dispara  a Carl, es devorado por una turba de zombies en la serie, mientras que en la novela gráfica sobrevive, al menos hasta un buen recorrido de la trama.

También descubrí que existen personajes  de la serie de televisión que no aparecen en la novela gráfica como por ejemplo Daryl Dixon, hermano menor de Merle Dixon, al que vimos en la primera temporada cortarse la mano para poder soltarse de unas esposas, puestas por Rick y escapar de una orda de zombies. Daryl se ha obsesionado en la búsqueda de Sophia y eso lo ha convertido en un ser importante para el grupo de sobrevivientes.

En un próximo post estaré escribiendo una reseña de esta historia que me ha interesado muchísimo por la construcción de atmósferas y personajes y también por el manejo de las tensiones dramáticas. A priori algunos la verán como una historia típica de zombies, pero al sumergirse en este universo uno descubre que lo que realmente resalta son los conflictos de aquellos que luchan por sobrevivir. 

Concluyo con una frase que Rick, en un  momento de desesperación, pero que a la vez demuestra su lucidez dice: "Nosotros somos los muertos vivientes". Acaso nosotros en alguna instancia de nuestro camino también ¿no lo hemos sido?, o peor ¿aún lo somos y no lo hemos aceptado? Se los dejo de tarea.

ELOGIO A LA HISTORIETA.

Creé este blog hace unos años por esa manía de contar historias. Creo que desde que tengo uso de razón me ha obsesionado esa idea. A pesar de considerarme un lector tardío hubo algo en mí, supongo que innato, que desarrolló una pasión por la narración. 

Recuerdo que cuando mi padre llegaba de su jornada laboral me regalaba una revista de historietas, a lo mejor yo no sabía leer todavía, pero me entusiasmaba observando esa amalgama  de colores que traían personajes de Disney o los trazos de personajes  más cercanos a nuestra cultura latinoamericana como fueron: Kalimán, Arandú o el Santo el Enmascarado de Plata.

Cuando tuve la oportunidad de hilar una palabra con otra y leer una oración y así poco a poco descifrar lo que me decían esos seres en el papel, di el paso a historias más complejas como la de Batman. Tanto el relato como el personaje han calado en mi mente y en mi corazón hasta la edad que tengo.  A lo mejor le estoy agradecido que por él y su entrañable amigo Superman es que muchos años después me fascinaran  las novelas y los cuentos, convirtiéndome en el lector voraz de hoy.

PD: Y por supuesto gracias a mi padre que me regaló esas historietas.

NO SOY PRETENCIOSO

Me aburre la gente  que posa de intelectual. Aquellos que sólo pueden hablar de cine  independiente y de ópera y sólo admiten a las personas que leen los clásicos de literatura.

¡Bahhh!  Me alejo de aquellos que denigran de la academia porque se sienten frustrados al no poder ingresar  o porque por una u otra razón no pudieron continuar con una  carrera.

También me cansé de hablar con aquellos que pretenden hacerse amigo de los duros de los medios para lograr un pasaporte a ese gremio laboral.

Disfruto conversar de temas literarios, de cine y de cultura en general, pero también gozo como un enano al hablar acerca de cómics, series de televisión y por lo que a mí respecta este puente festivo estuve “poseteado” del último juego que compré  para   mi consola de WII.  Se trata de Call of Dutty Black Ops. Aunque completé  todas las misiones del nivel básico, encontré un bonus track y es un juego para matar Zombies Nazis.  Estuve tantas horas expuesto a esa adrenalina que mis hombros me quedaron adoloridos.

Para cambiar de tema, quiero comentarles que he sido un seguidor de la  serie de televisión THE WALKING DEAD  que se trasmite todos los martes en la noche por FOX, recuerdo que la primera temporada la pasaban los lunes como dirían en el Chavo a la misma hora y por el mismo canal, pero eso no me afecta, igual los capítulos que no he podido ver los actualizo en Youtube.

Otro de los aspectos que me despierta pasiones es mi colección de figuras. Estoy a la espera de la llegada de unas de GI JOE PURSUIT OF COBRA, que por cierto son difíciles de conseguir en Bogotá, apenas la compre la dejaré para mi regalo de navidad.

Todo ésto es para decirles que no me las pico de intelectual, porque pienso que aquellos que lo hacen me terminan por parecer aburridos. Lo único de lo  que me puedo sentir orgulloso es que me considero un buen conversador y por qué no un buen escritor.  Apenas publique mi novela les aviso.

The Walking Dead: Segunda Temporada - Capítulo 3 (Parte 1/3 subtitulado)

SOY UNA MIERDA Y QUÉ.

Me llamo Morris y soy un mediocre y qué. Dicen los que me conocen que soy una mierda, y no me da pena aceptarlo, es más me llena de orgullo decirlo.  Soy un ser insignificante para los políticos, jamás he votado. No creo en ninguno de  esos hijueputas que se aprovechan de la ignorancia de un pueblo. Tampoco creo en el amor. Siempre he rechazado esas expresiones empalagosas en que los novios se manifiestan entre sí. Pienso que para lo único que sirven las mujeres son para follar y nada más. Por mi mente no se asoma ninguna pretensión, no me gusta trabajar, ni tampoco me gustan las instituciones. Me aburre escuchar un tipo que se cree mejor que uno porque se ha leído un par de libros y le pagan por decir su verborrea a un grupo de incautos que se creen todas las mentiras que les dice el desdichado. 

Mi único hobby es  leer. Me encantó Animal Tropical de un escritor cubano, el texto me gustó tanto que lo devoré en un dia. Me cago de la risa cuando alguien decide que debo leer y que no. Por eso siempre hago lo que me da la gana. 

Otro de mis placeres es beber mucho licor. Recorro las calles de esta ciudad agreste en las noches para encontrar un lugar donde refugiarme de la pestilencia de aquellos que sólo piensan que la vida se ve con un sólo cristal, y el de ellos es rosa. 

( continuará)

LODO DE FADANELLI

Hola mis queridos lectores. Sigo escribiendo los libretos para el programa radial Palabra de Cuervo que se está transmitiendo los martes de siete a siete y media de la noche por la emisora de la Universidad Nacional. Quienes deseen escucharlo pueden ingresar a la página de la UN RADIO. Cambio de tema. No sé si lo he expresado con anterioridad, pero uno de mis escritores favoritos es el mejicano Guillermo Fadanelli. De él he leído Malacara y Lodo, dos novelas en que este maestro de la narrativa latinoamericana nos revela ese tono sarcástico y esos personajes que se sumergen en un universo contagiado de pesimismo y mediocridad. Tanto Orlando Malacara como Benito Torrentera me engancharon no sólo por las promesas que plantean en el primer capítulo que me invitaron a devorarme los dos textos de un sólo tirón. Por ahora los puedo invitar a que lean sus textos llenos de citas filosóficas que le otorgan esa profundidad en la revista mejicana Letras libres y en su blog. Aspiro inyectarles la Fadanellimanía y a leer.