17 octubre, 2008

LA CRÓNICA : UN GÉNERO QUE SIGUE LATENTE





Eran las diez de la mañana cuando arribo al Edificio Tulio Ramírez de la Universidad del Valle para preguntar sobre la conferencia acerca de la crónica, de la cual se haría cargo Alberto Salcedo Ramos. Al parecer llegué media hora antes según los organizadores, así que decidí hacer un recorrido por otros espacios mientras se daba inicio a la charla. Ese instante fue aprovechado para adquirir un libro en promoción que la verdad no vale al caso mencionar, lo importante fue que al regresar al auditorio Alberto estaba radiante con su guayabera blanca que le otorgaban un aspecto de iluminado, como de esos sabios que van de pueblo en pueblo profetizando su gran conocimiento, después de reconocerme, me recibió con un caluroso apretón de manos y en seguida ingresamos al recinto.

La sorpresa fue que en la mesa de panelistas no sólo se encontraba el majestuoso cronista colaborador de la revista SOHO, igualmente lo acompañaban la periodista Patricia Lara y los docentes de la Facultad de Comunicación Social del Alma Máter, Alejandro Ulloa y Alejandro José López, quien fungía las veces de moderador. Apenas se dio inicio a la presentación de los oradores, Alberto señaló con su dedo índice una parte del techo del auditorio de donde salió una pequeña nube de humo al tiempo que el ambiente se contaminó de un penetrante olor a quemado. El evento se aplazó quince minutos mientras los técnicos solucionaron el impase, que no pasó de ser un daño de una de las lámparas.

Por fin se le pudo dar inicio a la conferencia, como buenos caballeros, quien tomó la palabra fue Patricia que se refirió en una manera muy concisa a la relación que se da entre periodismo y literatura, citando a grandes maestros como García Márquez, Borges, Cortázar Hemingway, entre otros, que supieron manejar con gran talento estos dos lenguajes. Posteriormente se cedió el turno para Alberto Salcedo Ramos, ponencia que se denominó como: El oficio de contar historias de no ficción, quien en quince minutos alcanzó a sintetizar de una manera magistral, el concepto del género periodístico de la crónica a raíz de un texto delicioso del periodista paisa Juan José Hoyos. Y por último el docente de la Universidad del Valle, Alejandro Ulloa, expresó todas las experiencias que tuvo que vivir en el proceso de creación de su libro acerca de uno de los futbolistas más importantes del país. Su propuesta se presentó como: Sobre héroes y ficciones: crónicas del viejo Willi. En ella se planteó como este maestro pudo adentrarse en la vida de Willington Ortiz, aquel hombre de Tumaco, que para muchos fue uno de los jugadores del balompié nacional más destacado por encima del Pibe Valderrama y del mismo Tino Asprilla. Su relato se basó en todo su proceso de investigación y los obstáculos que tuvo que enfrentar este escritor a la hora de redactar y compilar la montaña de información, para ello recurrió a diversos recursos como viajar hasta Tumaco para conversar con todos aquellos que conocieron al ídolo y la búsqueda de un extenso archivo tanto de prensa como de material audiovisual.

El evento culminó y en mi cabeza quedó una conclusión, que ser cronista más que un cazador de noticias, es ser capaz de contar una historia que pueda tocar las fibras de quien la lea. Después de despedirme de los conferencistas, me entero que una marcha indígena obstaculizó el flujo vehicular, esa podría ser una gran historia, pero mi estomago me reclamó, ya que era la hora del almuerzo, después de esperar , por suerte puede abordar un bus que me llevó al lugar en donde a punta de teclear algunas letras le dio vida a una nueva crónica. Gracias a ello podremos decir que este género no ha muerto.

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