
La fascinación de la que hemos hablado al comienzo es probable que proceda de la llamada que el cine negro hace a la zona más imprecisa de nuestros orígenes, ésa en que coinciden actualidad y antigüedad, y se entremezclan en forma de mito y aroma legendario el prosaísmo de la civilización urbana y el residuo bárbaro e incivil de la poesía de la violencia que sobrevive bajo ella.
El cine negro alcanzó su plenitud en las dos décadas siguientes. He aquí algunos títulos sobresalientes: “ La jungla del asfalto”, de John Houston; “ Falso Culpable” de Hitchcocck; “ Atraco perfecto”, de Stanley Kubrick; y “El beso mortal”; de Robert Aldrich. Estas producciones que florecieron durante los años 40 y 50, fueron bautizadas por los críticos franceses como films negros.
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