Países como México, Brasil y Venezuela se han caracterizado por tener éxito en sus telenovelas. Sin embargo Colombia ha tomado la delantera. Hoy por hoy es uno de los países con gran proyección en lo que respecta a la producción audiovisual en el mundo. Fernando Gaitán, es uno de los representantes más importantes al lograr que su historia de “Yo soy Betty la fea” se viera en los lugares más recónditos del planeta. Gaitán confiesa que aunque en este trabajo no existen fórmulas, su propuesta consistió en buscar elementos de la realidad para utilizar elementos con los que el espectador se sintiera identificado, a ello le inyectó cierta dosis de humor y desarrolló una buena historia de amor. Sin embargo lo que lo llevó al éxito internacional fue la escogencia de un tema tan acertado como la vanidad femenina. Ha sido tal éxito de esta producción que Estados Unidos la transformó al formato de serie con emisiones de una hora semanal.
Y es tanto el progreso que ha logrado la telenovela colombiana que el crítico Omar Rincón afirma que es una de las más evolucionadas debido a su cercanía con el contexto político y cultural en el que se mueve. En ello dista de la versión mejicana la cual es omisa a las problemáticas sociales, mientras que la brasilera se encarga de los grandes problemas públicos, cuando la colombiana se ve avocada a tratar conflictos de la vida cotidiana. Otro de los puntos importantes es la aparición de un de costeño, un valluno o un paisa, reiterando la diversidad y riqueza cultural de un país.
LA NARCO TELENOVELA: UN ESPEJO DE IDENTIDAD
Persecuciones, asesinatos y lenguaje procaz son algunas de las características de producciones como Rosario Tijeras, El cartel de los sapos o el capo que han logrado no sólo un éxito en raiting a nivel local sino a nivel internacional. La denominada narco telenovela, ha generado una nueva estética que está más ligada con lo popular. Y es que según Omar Rincón los colombianos tenemos pensamiento narco en el sentido de establecer parámetros de conducta como salir de pobre como sea, a punta de corrupción, matando, poniéndose tetas o sacando un revólver. Para complementar esta teoría el decano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia quien afirma que la televisión es el “espejo del narciso” al explicar que en ella se refleja más que identidades, las identificaciones de numerosos individuos y grupos. “Sentirse identificado es algo así como "estar en sintonía con...", y para ello hay que pagar un precio que puede ser sublimar o reprimir algunas cosas, desde las más visibles como en el cuerpo, hasta las menos visibles como los gustos.”
Uno de los actores que ha participado en este tipo de producciones es Fernando “El flaco” Solórzano quien argumenta que el tema del narco gusta en otros países ya que es contada desde las entrañas de una cultura que narra su propia tragedia. Eso genera expectativa en los espectadores extranjeros al querer saber cómo se vive en ese negocio. Igualmente Solórzano reitera que estos productos tienen éxito en el exterior ya que muestran la idiosincracia de nuestro país inyectándoles cierta dosis de humor, héroes populares y una historia de amor. Aquellas propuestas desprovistas de toda identidad cultural que consistían en contratar actores extranjeros para alcanzar el formato de una telenovela universal no han tenido mucho éxito. Sin embargo actualmente la productora RTI trabaja en llave con TELEMUNDO realizando productos con ese tipo de formato obligando a los actores colombianos que participen en ellas que se amolden a las exigencias del mercado internacional.
SERIES: UNA ESTÉTICA RESCATADA DEL SÉPTIMO ARTE.
Si la telenovela se caracteriza por identificarse por una estética popular se podría decir que la serie es su antítesis, en el sentido que la mayoría de los directores que trabajan este formato vienen del cine. Tal es el caso de Juan Felipe Orozco, quien tuvo una gran éxito al dirigir “ Al final del Espectro” y quien fue uno de los directores de la serie del canal Sony “ Los caballeros las prefieren brutas” quien comenta que el hecho de trabajar una estética más cinematográfica en la televisión enriquece mucho logrando la realización de un formato más elaborado.
Lo interesante de este proyecto es la novedad en el sentido que es la primera vez que en Colombia se trabaja con la participación de varios directores y que Sony apunte a una idea original del país del Sagrado Corazón. Para ello Orozco comenta que lo más importante fue encontrar el sello personal a cada uno de los personajes y así mismo encontrar sus motivaciones para entender sus propios conflictos.
La televisión es ante todo una industria en donde se mueve grandes sumas de dinero. Por tal razón existen algunos patrones que son imprescindibles para la escogencia de los proyectos. Samuel Duque, Vicepresidente del canal Fox en Colombia plantea que en nuestro país hay mucho talento audiovisual. Experiencias como: Mental, Kdabra y Tiempo Final lo demuestran. Pero realmente para que una serie tenga éxito se deben tomar en cuenta algunos factores como el casting, el uso de locaciones, las relaciones entre los personajes y ante todo la construcción de una estructura sólida. Si se tienen en cuenta estos aspectos lo más probable es que el proyecto funcione muy bien en todos los países que se emita.
Por otra parte la actriz Valentina Lizcano quien trabajó en la producción original de Sony, Aquí no hay quien viva comenta que esta comedia fue una idea original española que se adaptó en países como Argentina, Chile, Venezuela y por supuesto en Colombia la cual se hizo con la coproducción de RCN. Lizcano confiesa que al principio fue difícil guiarse por el tono de comedia española, debido a que es completamente distinto al que manejamos nosotros. “Nosotros somos menos de palabras y más de acción y los españoles son mucho más de palabrotas y de un ritmo más acelerado”. Pero fue tal el éxito de esta versión colombiana que se adaptó en nueve países más llegando a la conclusión que Colombia ofrece productos que llaman mucho la atención afuera, por su factura y calidad.
DIÁLOGOS: UNA MANERA DE HABLAR DE COLOMBIA.
Uno de los fenómenos que se ha generado en la televisión colombiana son las producciones que se hacen en convenio con canales internacionales como lo es RTI con TELEMUNDO en el cual se implementa un lenguaje con una entonación pretendiendo ser neutral. Esta nueva estrategia está generando un alejamiento de esa idiosincrasia que identifica a una cultura como es la colombiana. Contrastado con esta teoría nos encontramos con producciones de antaño que lograron posicionarse por su apuesta a enseñar en sus personajes toda esa riqueza de tradiciones de determinada región como lo fueron: Azúcar, Caballo Viejo o La casa de las dos palmas las cuales representaron todo un universo de diversas regiones en donde descubrimos a los vallunos, a los paisas y a los costeños, con sus dichos y costumbres que acercaban más al televidente a identificarse con las situaciones y con los personajes. Así que lo que se debe luchar es por volver a esos productos para que podamos mostrarnos tal cual somos en el exterior y que nuestra cultura no sólo se basa en el narcotráfico y ante todo que no tenemos porque avergonzarnos y que podemos levantar la frente y decir que orgullosos nos sentimos de ser colombianos.
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