La vida es un laboratorio
para experimentar. El método del ensayo y error es uno de los mecanismos vitales
para seguir en la búsqueda de nuestra felicidad. Entender que el equivocarse también
hace parte del conocimiento es una prueba que podemos disfrutar de lo que inicialmente consideramos
negativo.
Para los japoneses la crisis
es una oportunidad. Y si entendemos esta
filosofía de vida no nos deprimimos en el instante en que nuestra novia nos
termina. Esa es la oportunidad de liberarnos y de encontrar una mejor opción.
Si se nos trunca una posibilidad laboral, lo que el Eterno nos está diciendo es
que tenemos el chance de utilizar ese tiempo en una actividad que amamos que puede estar entre leer,
escribir, aprender un nuevo idioma o ejecutar un instrumento musical.
Si queremos ser felices
necesitamos separar un espacio de cada día para escuchar a nuestro corazón y no
a nuestra mente. A veces, y aclaro que en ocasiones caigo en ese juego, interpretamos
la existencia desde la intelectualidad y creemos que ese es el camino a la felicidad. De ahí que
nuestros pensamientos se conviertan en
caldo de cultivo del ego, el orgullo y la soberbia.
Cada golpe, cada piedra en
el camino debe ser un instrumento de aprendizaje y de evolución espiritual. Facundo Cabral plantea que es permitido que
uno se caiga, pero no quedarse en el
suelo. La vida es movimiento y por una mujer no se puede perder del resto.
Por eso estoy aprendiendo que en las mañanas, al despertarme, es un buen día para empezar.
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