Para quienes piensan que sólo me dedico a escribir están errados. También le saco tiempo a dos actividades que me encantan: caminar y ver pelis. Sé que no soy un ser importante y a quién le va a interesar lo que haga con mi vida, sin embargo se los voy a contar.
Este fin de semana me vi tres películas que me encantaron en la cinemateca de la Universidad Nacional, una de ellas fue Kirikú, una animación francesa que cuenta la historia de un niño africano que nace muy pequeño, pero con una gran astucia e inteligencia. Después continué con El gran dictador con la participación de Charliee Chaplin. Por último vi La Celebración, una película danesa enmarcada en lo que fue el formato Dogma.
Ayer quise salir al centro en compañía de mi pareja a mirar la exposición fotográfica que tienen en el Museo Nacional sobre Fernel Franco. Fue interesante conocer acerca de sus inicios y de su adelantada perspectiva de la fotografía.
Todas estas experiencias las capitalizo para fomentar mi labor narrativa. Actividad a la que estoy entregado de tiempo completo por estos días.
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