Ahora que estoy trabajando duro en mi primera novela me ocurre que al ambientar un espacio o al construir una escena, se me vienen a la cabeza recuerdos de mi niñez y mi adolescencia que ya había guardado en el baúl del olvido.
Evocaciones que escavan en los recovecos del inconsciente para rescatar olores y sensaciones que me regresan a momentos de mi vida en que fui feliz.
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