Mi padre falleció el pasado domingo 23 de mayo en las horas de la madrugada. Infortunadamente se lo llevó una enfermedad que lo hizo sufrir mucho. Su peor pecado fue el cigarrillo. Recuerdo las discusiones que tuvimos por esa sola razón, pero la vida se encarga de saldar todo acá. Creo que no hay palabras para describir lo que se siente. A lo que a mí respecta quiero tomar desiciones sabias que me guíen por el camino que he ido construyendo.
Ya les contaré.
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