Indiana Jones, ese hombre que es una especie de fusión entre un catedrático intelectual y un héroe de aventuras, ha sido uno de mis personajes favoritos, por tal razón después de ver la película ' INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL' , adquirí la figura de este ícono del celuloide que interpreta Harrison Ford y que después de largos años se volvió a poner su característico sombrero y látigo para recorrer algunos parajes de Suramérica con el fin de encontrar un cráneo de cristal. Esta saga dirigida por el Rey Midas de Hollywood, Steven Spielberg, y pruducida por George Lucas, le aporta un episodio más a la franquicia de este popular aventurero, que gracias a sus conocimientos en la arqueología se ha robado la atención de los espectadores por largos años.
En esta cuarta entrega no sólo nos enteramos que Indiana tiene un hijo, sino además que el tema extraterrestre siempre ha estado latente en la cabeza de Spielberg. Igualmente se realiza un falseo de las selvas del Perú en la Isla de Hawai y finalmente fue una de la películas que abrió el Festival de Cine de Cannes.
Ahora intento ser un Spielberg criollo y ubico a mi Indiana en el antejardín de mi casa para darle ese toque selvático y tropical y que a través de un lente transporto a los lectores de este blog a un universo lleno de imaginación en donde todo puede pasar. Sólo basta poner como banda sonora la canción de los HOMBRES G y estará consumado.
'Como yo te vea otra vez con él, te vas a enterar...¿Quién es ese imbécil del sombrero? Que me han dicho que estás con él. Con su cazadora de cuero, su látigo y su revólver, ¡Qué bien!¡Indiana Jones! Ya no quiere arcas ni historias, vuelve el héroe Para llevarse a mi novia...¡Dios mío! ¿Qué te he hecho yo? (Oh Indiana)Nunca que me he portado mal contigo niña... (Oh, Indiana)....'
No hay comentarios.:
Publicar un comentario