Ahora que está tan de moda cuidar la figura, pienso que también es importante ejercitar la parte intelectual del ser humano.
Y es que en Cali existen esos lugares considerados como templos del saber, en donde la mayoría de los jóvenes sólo asisten por mera necesidad.
Sí, son las Bibliotecas, esos recintos que nos permite viajar por diferentes culturas, planetas y hasta en el tiempo sin ningún costo.
Las primeras bibliotecas surgieron en Sumer para guardar tablillas de arcilla que, por medio de inscripciones en escritura cuneiforme, registraban información acerca de cuestiones comerciales y legales.
La más importante del mundo fue la Biblioteca de Alejandría, fundada en dicha ciudad egipcia por el rey Tolomeo I Sóter y ampliada por su hijo Tolomeo II Filadelfo en los primero años del siglo III a.c.
Las Bibliotecas son financiadas con fondos públicos y cumplen una doble funcionalidad: proporcionar material bibliográfico de investigación para cualquier disciplina y conservar y difundir el patrimonio cultural.
En lo que respecta a las bibliotecas públicas, éstas cuentan con una gran cantidad de obras literarias clásicas y contemporáneas, además de información sobre servicios sociales, discos, películas y libros recreativos.
Además muchas de ellas patrocinan sesiones literarias, conferencias, proyecciones cinematográficas, conciertos musicales y todo lo concerniente a expresiones artísticas.
En la ciudad nos encontramos con la Biblioteca Departamental que ofrece una gran variedad de servicios como la sección infantil, o los textos impresos en sistema Braille para invidentes, como ocurre también con la Biblioteca Comfandi en el centro de la ciudad.
Sin embargo también existen unas más pequeñas ubicadas en las diferentes comunas, , en donde se puede utilizar Internet y pedir préstamo de libros.
Así que ya no hay disculpa para nutrir la mente y por que no el espíritu a través de una buena lectura.
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