Viernes. Sí, ese nombre, esa
expresión o como deseen llamarlo me
genera una gran alegría al escucharlo, no sé si es coincidencia que Daniel
Defoe le hiciera llamar así a uno de sus personajes en una de sus obras
cumbres. Y ese viernes de mayo, con un sol canicular que amenazaba a una
posterior tormenta, salí temprano de mi jornada laboral, funjo como docente de
comunicación hora cátedra en una institución a unas cuantas cuadras de ahí, para
sumergirme en las instalaciones de la Biblioteca Departamental. Fue allí en
donde me encontré con este personaje del cual ya tenía algunos referentes.
Confieso que lo vi por casualidad, mientras me deleitaba con una exposición de
caricatura. Me di vuelta y él estaba ahí.
Carlos Moreno estaba en frente mío, ah bueno y algunos se preguntarán ¿quién es? Pues yo vine a saber de su existencia cuando asistí, hace unos años atrás, a una sala de cine para ver con mucha expectativa: “Perro come perro”, cinta con la que quedé complacido. Posteriormente asistí a un ciclo de cine colombiano en el Centro Colombo Americano. Allí tuve la posibilidad de disfrutar con: “Todos tus muertos”, supe que también trabajó en algunas producciones de televisión como TIEMPO FINAL de FOX y en CARACOL con :“Escobar el patrón del mal”. Ahora inicia el rodaje de la película “Que Viva la Música” de la novela de Andrés Caicedo, dato que supe por un correo electrónico en el que me llegó la convocatoria para el casting de actores y que en esta conversación me enteré que el rodaje iniciaba al siguiente día.
Moreno estaba algo impaciente hablando por su iphone, apenas colgó lo abordé, me presenté como lo que soy: un periodista, sin darle más explicaciones que hacerle una entrevista. Él, con ese acento caleño acentuado, accedió no sin antes aclararme que había arribado a ese lugar para cumplir una cita con una cadena de televisión. Así que tuve que armarme de paciencia y esperar mi turno.
Decidí a última hora hacer
la entrevista en la terraza por cuestiones de la luz, para tomar las
fotografías, él subió en compañía del guionista Alonso Torres, con el que ha
trabajado la mayoría de sus proyectos.
Iniciamos la conversación con la pregunta de cuánto tiempo demoró la cocción de este proyecto y Moreno retomó la experiencia que tuvo con una de sus películas: “ Perro come perro también tardó mucho. Desde que prácticamente leí el primer manuscrito escrito por Alonso hasta que fue filmada yo creo que pasaron siete años más o menos”. Posteriormente explica que fue gracias a la Ley de cine, hecho que fomentó la producción del séptimo arte en Colombia, que la película se pudo hacer y corrieron con la suerte de obtener una buena respuesta tanto de la crítica como de las ventas a nivel internacional. Como consecuencia reitera Moreno la segunda no fue tan difícil de hacer debido a que capitalizaron el proceso con la anterior.
Cuando les indagué acerca del proceso de creación desde una adaptación de una novela como “ Que Viva la Música” el director se tomó la palabra aclarando que lo de ellos es más una mirada propia que abusa de la película: “ es decir toma ciertas cosas de la novela para construir un texto fílmico… yo no siento que sea una adaptación sino una re escritura o una versión propia” opina Moreno mientras le da la palabra a Torres para que complemente la declaración: “Sí es una versión libre… Sí porque tampoco encontraría la manera de apegarme mucho a la novela y hacer una historia”, contesta de manera tajante el guionista. Después insiste que lo que quisieron hacer con Carlos fue darle un desarrollo a los personajes que aparecen en la novela en medio del monólogo de María del Carmen: “Nosotros tratamos de darle vida a esos personajes como de darles una historia para justamente traerlos a este otro elemento que es el cine”, concluyó el escritor.
Uno de los aspectos que me llamó la atención es que en sus películas siempre uno se encuentra con actores de la televisión. Sin embargo en esta ocasión se abrió convocatoria para el casting, que por cierto se divulgó por las redes sociales. Apenas les pregunté por esta característica Moreno respondió: “ La convocatoria la hizo la producción que era una forma de generar comunidad…es decir la mayoría de los actores no son conocidos y creo que se logró un volumen del cual salieron una cantidad de personajes interesantes”.
Otros de los asuntos que siempre me ha llamado la atención es conocer las estrategias que tienen los guionistas para contar sus historias. Ante esa inquietud les pregunté si la película iba a ser narrada de manera lineal. Moreno de nuevo tomó la iniciativa: “ Sí, hay un asunto lineal , pero en el fondo hay una historia que se recicla. Yo hasta diría que uno podría tratar de hacerle una estructura lineal a eso , pero creo que en el fondo no la tiene”… en ese instante interviene Alonso para corroborar la versión de Carlos: “ En la novela ella (María del Carmen) está contando desde un lugar y tú no sabes en realidad qué es pasado y qué es presente, en el guion yo creo que hay unos juegos con los tiempos muy interesantes que resultaron de alguna manera útiles para Carlos y para mí”.
Observo una expresión de premura en sus rostros. Supongo que tiene que ver con el calor que arropa a la urbe a esas horas del día o que es tiempo de ir a a almorzar o a lo mejor tienen otros compromisos, así que arremeto con mi última intervención y saco a relucir el humor en su obra a lo que Moreno responde: “ Yo creo que aquí no hay humor… esta es la película que menos humor tiene”. Después de mascullar un poco su respuesta retoma la idea: “ A mí me parece que la novela sí tiene humor”, ( a eso se refiere cuando el personaje habla de manera desfachatada y confiesa que eso le da risa). De inmediato Alonso esgrime: “ lo que habla la novela es algo muy amargo”. En este contrapunteo se me ocurre comparar ese gag con la propuesta del dramaturgo y escritor irlandés Samuel Becket a lo que Alonso explica: “ Porque él pregunta sobre todo y en medio de ese cuestionamiento aparece el humor a través del absurdo”. Por último concluye que la intención que han tanto Carlos como él es de no recurrir al chiste ramplón sino que precisamente que el humor brote del absurdo.
Doy por terminada la entrevista, me despido y aprovecho para pedirle a Carlos que me incluya en un rol de la película. Él de manera desparpajada me confiesa que ya es muy tarde debido a los tiempos de rodaje. Una idea aparece en mi cabeza: “ Elemental mi querido Warhol, he perdido la oportunidad de obtener mis quince minutos de fama”.
PD: Carlos Moreno ( foto de arriba) y Alonso Torres
(imagen de abajo)
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