Hace poco reflexionaba acerca del trabajo de la imaginación, sin embargo sentía un gran vacío en mi hipótesis y es que argumentaba mi interés por el trabajo intelectual, pero descuidé un aspecto que es supremamente indispensable como complemento a esa disciplina . Cultivar el espíritu.
No hay nada más aberrante que un genio con un ego tan alto que lo lleve a comportarse en las lides de la petulancia. Nosotros como seres sociales por excelencia debemos abandonar nuestro egoísmo y así pensar en el bienestar de los demás.
Me interesó muchísimo la propuesta que realizó el escritor y guionista argentino Marcelo Figueras en su blog http://www.elboomeran.com/blog/4/marcelo-figueras/, acerca de la bondad.
Y es que según Figueras plantea que es dificil ser bueno en una sociedad que te enseña que no hay que dejarse, que hay que contestar con la misma moneda que te han pagado, y todo un sinnúmero de reglas para demostrar que estamos retrocediendo a la época del lejano Oeste, en la cual rige la regla del más fuerte y gana quien dispare primero. Hubo una frase que me llamó mucho la atención y la voy a citar textualmente: " Ser mala gente no cuesta nada, sólo hace falta imitar al resto. La imitación repetida ad infinitum no inspira a nadie. Pero ser buena gente inspira, como sólo lo hacen las decisiones tomadas con absoluta libertad."
No niego que he intentado ser buena persona , pero igual es un logro que se desarrolla con trabajo, con perseverancia, no se trata de una simple decisión, requiere de ser constante, es un proceso que demora según el interés de cada cual por despejar de su mente esa nube que no le deja ver más allá de lo que los demás quiere que sea. Existen mucha herramientas que ayudan según la cultura, algunos utilizan la meditación , otros la oración o el simple hecho de realizar buenas obras. Yo por el momento estoy preparándome para regresar al lado de mis maestros y así enrrutarme de nuevo por el buen camino. El camino de la bondad.