En Semana Santa retomé la novela Los vivos y los muertos del escritor boliviano Edmundo Paz Soldán. De él conocía poco, sólo lo que había leído en el blog literario de Santillana: Boomerang. Confieso que fue uno de esos libros que arranqué pero interrumpí. La causa no la recuerdo en este momento. Supongo que tiene que ver con aquella frase que he escuchado de que los libros, como los amores, llegan en el instante preciso.
El libro lo abre una epígrafe del Nobel ORHAN PAMUK, extractado de su novela Nieve: "Si hubiera sido el principio de un poema, habría llamado a lo que sentía en su interior el silencio de la nieve". Abajo lo acompaña otro epígrafe: " EYE CONTACT was my downfall de JOYCE CAROL OATES de su novela Zombie.
En la página siguiente nos encontramos con el monólogo de tim, un joven apuesto al que todas las chicas se mueren por él y por su hermano gemelo Jem. En cada capítulo cada personaje nos va revelando información ,convirtiendo esta obra en una polifonía de voces. En este primer capítulo se nos revela que los dos intercambiaban a las chicas, a pesar de que tenían temperamentos distintos, tim era tímido mientras que Jem era el típico joven popular norteamericano, sólo una chica se entera de la estrategia. A medida que la tensión dramática avanza nos enteramos que esos dos personajes fallecen. Sin embargo los demás personajes: amanda, quien es la única en salir con vida de Madison, ese pueblo infernal en el que los adolescentes perecen como en esas películas de horror tipo B, webb, el hombre de familia que desahoga toda su frustración de un matrimonio aburrido al enterrar viva a su vecina Hanna, una joven a quien solo le obsesionaba ser la mejor cheerleader de su escuela, yandira, compañera de Hanna quien termina violada y descuartizada por el señor webb. Junior, el hijo del asesino quien termina por dar información relevante para la captura de su padre y daniel, un periodista que se toma a pecho la investigación al tener una cercanía con el padre de una de las víctimas, también participan en ese repertorio de historias que conforman esta novela.
Tomando en cuenta que es una novela corta (206 páginas), contiene una información que se adapta a estos tiempos y me atrevo a decir que le puede interesar a un joven de esta época, catalogada como crítica en el ámbito de la lectura.
Desde referentes a los blogs, correos electrónicos, series de televisión y marcas de productos son los ingredientes que hacen las delicias de la narración. Para dar algunos ejemplos me gustaría que leyeran algunas frases: "Hannah quería ver Smallville, le encantaba Tom Welling, ¡ es el hombre más bello del planeta! A mí me gustaba Kristin Kreuk, había algo en la forma en que el pelo lacio le caía por el rostro, y esa mirada tan tierna y dura a la vez." U otra como : " Hanna había abierto una Corona y la tomaba junto a una pint de Ben & Jerry`s, Chocolate Chip Cookie Dough.
Que combinación le dije."
Los vivos y los muertos es una novela que recomiendo leer. Me pareció curioso la utilización del lenguaje de los peronajes, por ejemplo tim se expresa de esta manera: " La luz del semáforo está en rojo. El cielo gris, encapotado, opresivo, parece a punto de deshacerse sobre nuestras cabezas". No sé, me parece que así no hablaría un joven recreando el ambiente en un semáforo. Pero tengo más ejemplos. Miren como describe amanda: " Es un martes frío y ventoso, más desolado aún gracias a las torpezas de la banda del colegio, incesantes en sus acordes lastímeros. Pinos altos y despelechados nos vigilan desde los costados, centinelas incólumes que han visto hasta el cansancio a vuiuas nerviosas a punto de tirarse sobre el féretro..."
A pesar de que el autor intenta procurarnos escuchar cada una de las voces, que lo logra, en ocasiones siento que se entromete la voz del autor y no la del personaje. Será preguntarle al escritor.
Al final nos encontramos con la recomendación del Nobel Mario Vargas Llosa que expresa : " Entre los nuevos autores latinoamericanos, la voz de Edmundo Paz Soldán es una de las más creativas." Acompañada de la del escritor peruano Fernando Isawaski que concluye con una frase como sacada de un slogan publicitario: " En la literatura boliviana, el boom es Edmundo".