08 julio, 2011

LA CONJURA DE UN NECIO QUE CREE EN LA LITERATURA.


En estos momentos estoy leyendo una novela denominada " La conjura de los necios" del autor norteaméricano Jonh Keneddy Toole. Le estoy "echando el diente" por recomendación del jurado que está  atento a  mi novela: Me llamo Morris. 

La historia narra la vida de Ignatius Reilly, un gordo, que no le gusta trabajar y que mantiene encerrado en su cuarto escribiendo para lo que él  considera  la gran obra. Vive con una madre manipuladora que le hace la vida imposible. Bueno, leyendo la novela descubro que entre los dos se hacen la vida imposible. A este particular personaje le encanta pasarse las horas viendo televisión y también asiste al cine. El detonante de esta historia es que su madre se choca en su automóvil  y eso le genera una deuda, eso la obliga a decirle a su hijo que tiene que buscar un trabajo para ayudarle a cancelar el monto. 

Ignatuis después de buscar encuentra un trabajo en una fábrica de pantalones y es allí en donde se desarrollan  las aventuras de este personaje.

Me han cautivado sus primeras cien páginas, pero lo que más me causa curiosidad es la biografía de su autor.  Según la red John Kennedy Toole demostró desde temprana edad aptitudes para el estudio. Tanto que a sus 16 años escribió su primera novela conocida como  La Biblia de Neón. Tuvo una relación insana con su madre, tanto que cuando él se suicidó dejó un texto que su madre desapareció. También se rumoró que fue un homosexual reprimido. Se le adjudica la razón de su muerte a la fuerte depresión que sufrió al rechazo que obtuvo de varias editoriales al querer publicar La conjura de los necios. Su madre después que su hijo falleciera  también luchó para que se publicara esta novela y después de muchos intentos infructuosos le insistió al escritor Walter Percy quien se decidió a leer el manuscrito y fue el que ayudó a su publicación en 1980. Fue tal el éxito que al año siguiente se ganó el premio Pullitzer de ficción y el de la mejor novela de habla extranjera en Francia en ese mismo año.

Bucando en la red también descubrí que esta novela es una representación irónica del New Orleans de la época, al parecer la crítica que se encuentra ahí fue lo que evitó su publicación  y no la calidad literaria, que por cierto es impecable en su estructura. 

Por ahora sólo puedo decirles que me tiene enganchado y que apenas la termine les daré más información.

ROCK AL PARQUE II

ROCK AL PARQUE



El pasado lunes estuve visitando en compañía de mi pareja y mi amigo Edwin el Parque Simón Bolívar.  El objetivo ver a  Los Toreros Muertos en tarima, después de casi veinte años cuando asistí a un concierto de ellos en la Plaza de Toros de Cali. 

Llegamos  a eso de las cuatro de la tarde, hora en el sol arremetía con todas sus fuerzas las cabezas de quienes escuchabamos a un grupo de rock muy particular conocido como Velo de Oza. Ellos un grupo de jóvenes con ruana y sombrero arremetieron en el escenario BIO, uno de los tres escenarios del evento, con sus guitarras eléctricas, bajo y batería. Al terminar este grupo nos fuimos a recorrer los demás escenarios, en el ARCO, se estaba presentando un grupo sudafricano del que no recuerdo su nombre. Al rato se presentaron los integrantes del Dr. Krápula. Fue un instante divertido, tanto Clau como yo coreamos unas canciones. Sin embargo teníamos claro cual era el plato fuerte. Los Toreros Muertos. 


Regresamos al BIO para escuchar de antesala al grupo La Derecha. Confieso que me aburrió. Ya casi a eso de las siete de la noche anunciaron a  Los Toreros y de inmediato reconocí la voz de su vocalista, Pablo Carbonell. Canté la mayoría de sus letras. Me divertí como un enano. Canciones como Yo no me llamo Javier o Pilar no tiene bicicleta , pero tiene un buen par de tetas...  generaron en mí más un  sentimiento de nostalgia, un reencuentro con mi adolescencia y con mi gusto por la mamadera de gallo.

Al terminar su show, el gentío se desplazó al ARCO  para presenciar el cierre con Choqu in Town. Sin embargo nosotros preferimos disfrutarlo en la comodidad de la casa, con un buen plato de comida.